viernes, 20 de agosto de 2010

Y si las cosas se agudizan a la voz de los niños;
Si todos los días cayeran colores, como si vos y yo, y todos estuviéramos por siempre motivados inmensamente,
simplemente podríamos mantener el orgullo propio de esparcir libertad y congelamiento del sol interior. Para sonreirle a ambas cosas, para tener un concepto de lo esencial en pocas palabras, gestos, miradas, estados de la razón.
Cambiar el panorama con la vista y la transferencia al corazón.
Observando las raíces de la interpretación que se deleita a la orilla del aire, un aura marítima llena de esperanza. Porque la vida es eso más cada colorante, condimento y especie que le agreguemos.
Somos las personas todas, todas las personas en una. Una ola de presión a la felicidad. Porque así se organiza el momento, esa felicidad química, esa felicidad de una persona en todas, y todas en una en un sólo momento.
Se puede sostener la diversidad, ser aún más radiante.

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