jueves, 23 de diciembre de 2010

Te encontré mostrenco hace muchos años.
Estabas tomando conjetura de quienes presuntamente te habían boicoteado.
Puesto que me resonaba el sudor dentro de cada rincón de mi espera.
Mi espera de noches cálidas, de pieles, de tantear el agua fría, de ver tus ojos enmarañados
tratando de ver más allá de lo que te traía la duración, la savia, o dicha crónica de tu vida.
La evidencia que descendió hasta mi era que aún observándote calcinado, con los sueños esteparios de aquella canción revolcándose frente a mis pupilas, saturados de sollozo y espera, a pesar de eso, la evidencia era que te amaba.

Y te amo, te amé.

Te amo, te amé más que cualquier evidencia de conmoción que pueda estar frente un par de ojos tontos, esperando ver alguien que lo ame en conjunto, con su material cabal, su sangre blasfemia, su ánima, sus vísceras y su dañina seducción.

Y te amo, te amé más que el sol contemplando las energías nuevas
más que la sabia luz de luna acariciando las pieles por la noche
más que las gallinas empollando, otorgando calor a la creación
más que los murciélagos al crepúsculo
más que el músico procreando vida con su ingenio, su instrumento
más que el escritor entrelazando esperanza de encuentro en su porción de opúsculo inconcluso.

Y te amo, te amé más que cada instante que prosperó y se urdió colosal mientras que te amé.
Y al final, te amo, te amé a mi presunta manera, que así válida se encuentra, para amarte íntegro, como seas.

sábado, 18 de diciembre de 2010

domingo, 12 de diciembre de 2010

EL problema


El problema yacía como una superficie de pesar y poca honra que jamás sucumbía.
Parecía no declinar, y repudiaba la osadía de persistir.
¿Cómo iba a perpetuar algún ánima junto a ese semblante?
Iba a declinar en cualquier trance, en cualquier parte.
Era casi utópico, inexorablemente insufrible.
Iba a plañir y condolerse cuando menos lo evocaba.

Deidad.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Todo se dirije deteriorado. Como si gran dicha trajera aflicción y desconsuelo. De un santiamén a otro, la pena emulsionó en nuestros fanales, repudiando mi entera coyuntura.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Parece valerme salir del arca.
Traspaso en crecimiento, aún más de lo que obtengo.
Me resisto ajena, profana a toda pericia que ansiaron someterme.
Pero lo que hogaño discierno es ser carácter, y cualidad.
In fraganti entidad. Tragarme dogmática, y aplaudiéndome despoblada.

Às vezes, quando você está louco, você pode esperar qualquer coisa. Porque a loucura de tentar dar mais do que você pode, e é bonito, mas veste a alma e nunca se tornar o que eles realmente querem.

jueves, 9 de diciembre de 2010


Pierdo mis tajadas, mis zancas,
mi sexo y mi jolgorio.
Te otorgo vida, y te cimento.
Más te invento, me derroto.

Adicta-dependiente a los amenazantes con erosionar y bañar de lava, derritiendo huesos, y algunos sueños.
















Dichosos panales que vierten miel.
Tártanos que pisotean.

Caricias
para alumbrarnos sin tiempo y sombra,
por que el amor nos vomita sin control.
Nos reclama la visión sin brumas
asqueado de la vigilia en el sin sentido,
en el juego-laberinto de la histeria.
Y nos llena de sueño cuando nos abrimos en el silencio
que llena de agujeros el origen del fondo.


My nights are mild
no wind and odors
and bellies and stretch.
dont share them.
My afternoons fuck
from head to toe
with the window open
transpire.
Don't exist.
Gray dress and
stalker
angry
beating
pour your lungs
to chew as gums.
My blood is
drinking
a couple of weeks in the desert.

Réalité jette toujours sur la table une série d'éléments constitués d'elle-même, imposer des exigences.

miércoles, 8 de diciembre de 2010


Tal abundante apetencia es la brutalidad que sus ojos conllevan que la blancura de sus luceros es avara. No pretende chulería, no es dócil, ni propenso a dar.
Comedido y sin arte, se retira siempre de buena crianza y excesivo de amor a sí mismo, desencolando el último fragmento de cuartilla que le queda en su frágil y emponzoñada víscera.
El no revolotea, no surca, no planea. No es como quien dice que debía; no crea, no vuela.

viernes, 3 de diciembre de 2010


Un xilófago se comió nuestra vigorosidad.
Cuando estábamos aún fuertes y robustos, nadie nos vió partir, ni lanzarnos a la ensangrentada mentecata palabrería universal que comprendíamos en aquel entonces al mirarnos unisexuales, uniformes a los revueltos y azarosos ojos que nos comprendían todo el espíritu, y toda la zona de la cabeza.




Ese rojo RUIDOSO.

Sos responsable del encarnado muy vivo pez.
La tolerancia se desvía de lo recto y deja una turbulencia de sabrosura.
Vos, tonto, ultrajoso, que veraz y zafio te hacés pequeño frente a mi frente;
hacés molinetes con tu llenura.
No te basta la locura de tus liebres que te embarcan la cabeza?


No tenés idea de lo bella que suele ser tu bullanguería.
Tu cándida criminalidad fue hecha para dar, porque dadivoso te observo desde abajo, cuando dócil me estrechas la mano y me subes a tu enorme enjambre de chabacanas partículas que me dejo abrazar aunque la tierra ahogue lo que queda de mi fecundidad.
La finura de tu aura no se mueve ni vacila, mientras que tus ojos, a veces me miran, corpulentos y abultados en lo brioso de la gravedad, y me siento entonces, satisfecha, jovial y recordada.