
El ser humano es un enfermo.
Un ermitaño estaba sentado en una cueva, meditando, cuando un ratón se le acercó y se puso a roerle la sandalia. El ermitaño abrió los ojos, irritado:
- ¿Porqué me molestas en mi meditación?
- Tengo hambre - dijo el ratón.
- Vete de aquí, necio - dijo el ermitaño - Estoy buscando la unidad con Dios, ¿cómo te atreves a molestar?
- ¿Cómo quieres encontrar la unidad con Dios si ni conmigo puedes sentirte unido?
Thorwald Dethlefsen; Rüdiger Dahlke, La enfermedad es el camino.

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